ARA MALIKIAN ROMPIÓ TODAS LAS FRONTERAS MUSICALES
( Foto Angel Meráz ) |
- MIENTRAS TOCÓ EL VIOLÍN, BAILÓ EN CADA CANCIÓN, BRINCÓ, EJECUTÓ EL VIOLÍN SOSTENIDO EN EL AIRE, SE ARRODILLÓ Y SE DISPUSO A DIVERTIR
Detrás de uno de los mejores
violines del mundo, tras una larga melena y una voluminosa barba, se esconde
Ara Malikian.
Este atípico músico libanés se presentó para el Festival
Internacional Revueltas 2016, en un Teatro Ricardo Castro que lució a
reventar. De la música árabe y alemana, Malikian brincó, literalmente,
al rock, al flamenco, después a los sonidos clásicos y de ahí a la música
mexicana, cada tema fue presentado con anécdotas de su vida.
Relató que tocó con el inglés Boy George, ambientó bodas,
llegó a España para tocar con una orquesta y lo sorprendió la banda inglesa
Radiohead, de quienes recordó ‘Paranoid Android’, además se permitió estrenar
composiciones suyas como ‘El vals para Kairo’, inspirada en su hijo. "Ahora están las luces apagadas pero intuyo que es un
público guapo y amable", afirmó el violinista, quien dedicó un "estreno
mundo mundial" a los asistentes, titulado ‘Rapsodia a Durango’.
De 'La vida breve' de Manuel de Falla brincó a 'Verano' de
Antonio Vivaldi y el viaje siguió hasta 'Life on Mars' de David Bowie y
'Kashmir' de Led Zeppelin, que confesó, tocaba a escondidas de su padre.
En la recta final del concierto recordó su origen armenio y
platico que a principios del siglo 20 se cometió un genocidio que acabó con la
vida de más de un millón de personas.
"Fue el primero del siglo pasado, de ahí vinieron los
judíos, lo que pasó en el Tibet, Ruanda y Sarajevo.
Ahora hay un genocidio
frente a los ojos de todo el mundo y nadie dice nada", lamentó el
violinista, quien dedicó la pieza ‘1915’ a las víctimas de genocidio, el tema
más extenso de la noche que mantuvo en silencio a la audiencia más de ocho
minutos. México no quedó fuera del repertorio y el violín de Ara
Malikian llevó la línea melódica en una versión de ‘La llorona’, que le fue
reconocida con una ovación.
El violinista hizo malabares con su instrumento sin
que el público notara un solo fallo en las notas, terminó su show de más de dos
horas con ambiente festivo, con más de 1200 duranguenses que de pie, lo
aplaudieron de forma efusiva.
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