las arcillas de Rafael
por .- Alfredo Solano
“Alcanzaré la fama cuando muera con los pinceles en la mano”, declaró en entrevista el conocido ceramista Rafael del Campo Rentería, quien dentro de sus proyectos personales está el dejar huella de su trabajo a través de impartir cursos donde pretende compartir sus conocimientos y de esta manera contribuir a que la gente de medio rural obtenga sus propios recursos.
El ceramista quien ha expuesto su obra Arcillas Mágicas diversas partes del país como del extranjero, señaló que actualmente trabaja la pintura esmaltada en la decoración de sus cuadros, técnica que es de su creación, lograda a través de la experimentación con los colores.
La labor de este personaje, nacido en 1949 e iniciado desde pequeño en el ámbito artístico, habla de la cultura mexicana, de los que somos como pueblo, en ella se refleja una nación con un anhelo de justicia, de progreso y la nobleza del trabajo como generador de mejores condiciones de vida.
Del Campo Rentería quien lucha porque su obra trascienda y no quede en el olvido, por lo cual ha depositado su conocimientos en su hijo Fernando del Campo Garduño, aseguró que su trabajo llama la atención en todo los lugares en los cuales ha sido expuesta, pues la técnica empleada es nueva hecha en partes como azulejos pero con barro de tierra duranguense el cual es rico en hierro, el cual al hornearse toma un color rojizo lo cual le da ese simbolismo que identifica al pueblo mexicano.
En las diversas exposiciones montadas, dijo los organizadores se interesan por los temas mexicanos por los que lleva cuadros que hablen de nuestra identidad como pueblo, entre los cuales se encentran los que el ceramista ha titulado como la “La niña Tarahumara”, “Los Alcatraces”, “El Cristo” entre otros.
Participó en un concurso con un cuadro de Pacho Villa, en donde su ingenio apoyado con la nobleza de la arcilla y el color, reproduce la personalidad del Centauro del Norte, logrando una buena aceptación en el certamen.
El maestro del Campo ha dado cursos en diversos municipios del estado, donde enseña a los participantes los secretos de la alfarería pues el fabricó por mucho tiempo los jarros para el Jocoque elaborado por conocida empresa duranguense, estas enseñanzas fueron con la finalidad de que los alumnos se convirtieran en productores de tal manera que fueran capaces de obtener recursos económicos de esta actividad y no estuvieran esperanzados a la cosecha pues ésta puede no darse debido a diversos factores.
Destacó estos cursos fueron posibles gracias al apoyo del gobierno federal a través del FIFOMI y coordinados por el Instituto de la Mujer.
El informante quien además es aficionado a la práctica del atletismo, mencionó que en estos momentos se encuentra una exposición de su autoría en el Museo Regional de la UJED, la cual permanecerá hasta febrero del 2012, debido a la aceptación que esta ha tenido entre los visitantes al recinto.
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