Curiosidades de la historia de Durango




Utilizo la misma caja del muerto

  Por J. Rodolfo Villanueva  Galindo


     Sucedió que siendo Gobernador del Estado de Durango, don Juan Manuel Flores. Quién por motivos de su administración, tuvo que trasladarse al municipio de Santiago Papasquiaro, lugar donde falleció repentinamente, un día 30 de enero de mil ochocientos noventa y siete.
    Al darse cuenta de su muerte la comitiva que lo acompañaba, supo que  era indispensable que se trasladara el cuerpo a la capital del estado, para los honores  su investidura.
  Y como  en aquel lugar  no había una caja mortuoria digna del cuerpo del señor Gobernador, para ser trasladado. Se le hizo una caja especial de madera para su traslado.
    Al llegar a las goteras de la ciudad de Durango, ya lo esperaba un caja especial, era un magnìfico féretro, acojinado en terciopelo, a donde se cambió el cuerpo, para ser llevado al Congreso, donde le fue instalada la capilla ardiente, y se le rindieron honores.
    Su asistente  el capitán Ferreira, quién sentía un gran afecto por su Jefe. Le pidió a la familia de este que le regalaran la caja donde había sido trasladado a este lugar.
    La familia le concedió su deseo y se la llevo a su casa, guardándola con gran cuidado y respeto, debajo de su cama donde él dormía. Después de algunos años muere el capitán Ferreira, quién ordenò a su familia que fuera sepultado el día que se llegara su día en aquella caja ,cumpliéndole su voluntad su familia.
   A principios del Siglo XX, un señor que se decía  doctor pero que no ejercía, compro un pedazo de terreno del Cerro de los Remedios. Donde edificò una casa,.
   Le pago a unos carretoneros, para que de los escombros de las ruinas del templo de San Francisco y de la Tercera Orden, le llevaran los escombros, pedazos de cantera tomados al azar, como fue el marco de la puerta, que fue de la casa del doctor Samaniego, que estaba frente al templo de San Agustín..  Aquellos carretoneros le llevaron escombros de varios lados de la ciudad.
    Como fue la pila de agua bendita del templo de San Francisco, la cual convirtió en una fuente y bebedero de agua para los pájaros. Los capiteles de los pilares de las torres los tenia  como asientos, en su jardín y el timbre que puso en su puerta, fue la rueda con campanitas que se tocaban en la iglesia cuando descubren a Nuestro Amo. El pregonaba que era descendiente de los Médicis.
    La hoy calle de Patoni, entre Aquiles Serdan y Negrete, en el Siglo XIX, era conocida como, “La Calle del Pendiente”. Porque doña Nepomucena Alcalde, que era una mujer muy guapa. Mato a su esposo en complicidad con su amante, Juan Hernández. Pero le dejo la huella de sus dientes y fue descubierta.
    El gran ilustre jurisconsulto, Lic. Fernando Ramírez. La salvo de la pena de muerte, a la señora  Nepomucena, alegando una futura maternidad, la cual fue lograda en presidio, para el caso en ilícitos amores es así como las autoridades de Durango cuelgan al amante de esta señora. Siendo ahorcado en el balcón de la alcoba de la víctima, por la calle  antes mencionada un 16 de agosto de 1866.
     Sucedió por el año de mil novecientos seis, en que  estuvo lloviendo e la ciudad una semana sin parar. Época en que en lado sur de la Plazuela Baca Ortiz, había un estanque con patos, rodeado de tela de gallinas, desbordándose la Acequia Grande, hoy avenida Dolores del Río, subiendo el  agua un metro y medio de altura, los patos quisieron escapar el agua los arrastro contra la tela y  se ahogaron. Este articulo se encuentra archivado en el Museo Regional de Durango UJED ARS a disposición de estudiantes y pùblico en general, uno sin costo si llama a Mari Soto al teléfono 8.12.56.05 y 8.13.10.94 en horas de oficina.

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